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domingo, 8 de febrero de 2009

Lista de bodas





Tengo una opinión muy personal sobre los regalos de boda, probablemente no compartida con nadie que conozca, pero creo que más respetuosa que la opción que aceptamos todos (no sé si por no atrevernos a llevar la contraria).
Mi idea es que nadie te obliga a que le regales nada, que si lo haces te lo agradecerán, por lo que no me cuadra en absoluto que en la invitación de boda te incluyan una tarjeta con su número de cuenta corriente. Se que las entidades financieras estarán encantadas con el negocio (aunque se trata de un pasivo temporal, condicionado al cargo del viaje de bodas o del banquete), pero desde mi punto de vista es de una falta de educación mayúscula.
La famosa tarjetita es una indicación de que no vale cualquier regalo, que tu amabilidad debe ser expresada con un ingreso en la cuenta señalada. Y me indigna porque cuando yo ejerzo mi generosidad me gusta hacerlo como me da la gana, no creo que nadie tenga que dirigirme. Por ejemplo, nadie ha decidido por mí a qué ONG decido contribuir, ni me han obligado a hacerlo, pero de pronto alguien (que se supone que tiene algún nexo especial contigo) te obliga a hacer un ingreso en su cuenta.
Muchos dirán que las listas de boda son los mismo (si la de El Corte Inglés, lo es), pero cuando te indicaban un establecimiento de lista de bodas, siempre te cabía la escusa de que habías llegado tarde y no quedaba nada que te gustara, lo que te permitía cierta libertad para regalar lo que te apetecía.
Pues bien, como el tema ha dejado de ser original, propongo que a partir de ahora en lugar de incluir en la famosa tarjetita su número de cuenta, los recién casados, llenos de dicha y felicidad pongan la de una ONG (la que quieran), sólo en ese caso accederé al ingreso.

2 comentarios:

magister dijo...

Me parece difícil coincidir más con tu entrada. Sin embago, yo parto un poco más atras: parece que el matrimonio perjudica seriamente la salud. De hecho, según numerosas fuentes consultadas, disminuye la frecuencia de la actividad sexual de la pareja. O sea, que si te casas, no sudas lo mismo.
Recientemente, acudía a una de esas bodas con tarjetita con número de cuenta. Me pareció lamentable porque era como un impuesto revolucionario por ir a una iglesia, a cenar, tomar una copa y bailar un rato. Si quiero hacer todo eso pagando debería poder elegir el lugar y la compañía, pienso. Seguramente, la cosa habría sido diferente si en la tarjeta hubieran puesto que necesitaban nuestra ayuda para irse a Australia o yo qué sé.
Apoyo tu propuesta, a partir de ahora, mi regalo irá para una ONG. Así, si a alguien le da por casarse, que sea por una buena causa.

Unknown dijo...

yo entiendo que muchas parejas necesiten el dinero mas que regalos para su boda (de hecho fui una de ellas) pero hay ciertas formas más sutiles de hacerlo que no sean enviar una tarjetita con el número de cuenta, nosotros hicimos una lista de bodas en una web, de esa lista había regalos que mas que regalos parecían servicios, cenas, entradas a espectáculos, estadías en spa, y otros los canjeamos por el valor del regalo en la misma web,allí habría una solución.. y además creo que uno tiene que conocer a los invitados, y hacer lo posible para que sea un buen momento para ellos como para la pareja, casarse es una acto que deseamos compartir con los mas queridos, no un negocio