La verdad es que desde que los vi en el blog de Macarena me propuse hacerlos y colgarlos en el cuarto de mi hijo, pero como tantas cosas que me propongo pensé que no llegaría al final (soy de las que empieza mil proyectos y se entusiasma con todos pero por falta de tiempo suelo dejarlos a la mitad y empezar otros). Pues eso que es todo un motivo de celebración que haya terminado este y me haya quedado tan bien, le ha gustado hasta a mi marido que es muy crítico con esto del reciclaje.
Elegí las cajas más grandes, y tardé en decidir el color, quería que fuera alegre pero que pudiera combinar con cualquier fondo (aún no había decidido que tela utilizaría). Al final me decidí por el lavanda, y las pinté con un artilugio que no había descubierto (el Leroy es una fuente de sorpresas), una brocha pero no de pelo sino de esponja, la verdad es que fue muy fácil pintarlas (le di dos manos como aconsejaba Mac).
Para los fondos elegí dos telas de tapicería de las que tenía unos retales que había comprado de una liquidación de una tienda de decoración.
Solo quedaba colgarlas, tenía claro que mi hijo debía poder acceder desde su cama por lo que no podían estar muy altas. Para tamaña empresa llamé a mi hermano que además de hacerme este enorme favor nos trajo merienda, una tarde de domingo perfecta.
Finalmente colocamos los muñecos, previa una difícil elección fueron nominados los personajes de Toy Story 3 y el barco pirata de playmobil (habíamos pensado en los gormiti pero en estos momentos se encuentran repartidos por casas de amigos y abuelo con lo que no los pudimos congregar para la foto).
El toque final se lo dí con el vinilo que estaba en la pared donde colgamos los cajones. Me daba pena desprenderme de este personaje que nos ha acompañado durante años así que decidí pegarlo en cima del hueco del asa y ha quedado así de bien.
Ahora me faltan vinilos para el resto de asas pero ya se me ocurrirá algo.
