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domingo, 15 de febrero de 2009

Felicidades




Siempre me ha molestado la hipocresía, pero para determinados temas mucho más. Hace aproximadamente un mes (lo recuerdo porque salimos de rebajas) me comentaba una amiga que ni se le pasaba por la cabeza tener otro hijo (actualmente tiene una niña). Recordábamos juntas lo limitante que era el embarazo : no te puedes comprar la ropa que te gusta, estás continuamente haciéndote análisis, la ginecóloga te trata como si fueras una incubadora y todo lo que te molesta es indiferente para ella porque según te dice se va con el embarazo, no te puedes poner ni siquiera los zapatos que tienes porque tus pies se hinchan y no te entran.
Su hermana acababa de dar a luz y me contaba lo agobiada que estaba, a pesar de que su pareja colaboraba un montón. Dar el pecho cada dos horas, tener que recibir a esas amables visitas que quieren ver al recién nacido, … reduce muchísimo el tiempo que tienes para hacer hasta lo imprescindible como asearte, comer o dormir.
Pues bien después de esa tarde en que terminamos por felicitarnos mutuamente por no estar en esa situación, mi siguiente contacto con ella es para recibir la noticia de que está embarazada. Me quedé totalmente descolocada, en estos casos hay que felicitar a los papas por la buena nueva, pero no me cuadraba con la conversación que habíamos tenido en nuestro paseo de rebajas. Finalmente tuve que ser hipócrita por educación.

1 comentario:

magister dijo...

A mi también me molesta la hipocresía, pero más me molesta que veas la paja en el ojo propio antes que la viga en el ajeno (al contrario de lo que haría cualquiera).
Seguramente esa persona cuando te dijo que ser mamá era un rollo sabía que estaba en el intento, o sea, buscando que fecundaran su semillita (esto lo estudie gracias a Don Tomás, el profe de Biología del instituto). Dicho en plata: que los niños no vienen de Paris por Seur, sino que uno hace prácticas de tiro durante tiempo para ver si la bala da en la diana.
Lo que me lleva a la conclusión de que ella actuó según la RAE "con fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan".
Tú, en cambio, no actuaste así sino con sorpresa ante el engaño, porque, ya que la bala dio en la diana, seguro que te alegraste por ellos.