Cantando bajo la lluvia

Esta noche de vuelta a casa, empapada por la lluvia, pensaba en una frase que mi mejor amigo cita con frecuencia: la energía no está en el cuerpo sino en la mente (o algo así). Y lo pensaba porque mientras atravesaba el puente bajo la lluvia gélida, que no paraba sino era cada vez más abundante, me di cuenta de que iba cantando. Y no porque normalmente cante en la ducha y el momento me recordara al baño diario, sino porque iba escuchando una canción de Pereza que me hace mucha gracia. Mientras mis “bailarinas” se iban inundando escuchaba -con los pies fríos no se piensa bien-, y le daba la razón al autor, pero estaba feliz a pesar de lo incómodo que estaba siendo mi camino y del catarro que me iba a coger. Me di cuenta de que sentirnos mejor o peor depende de nuestro interior (de nuestra mente) más que de las circunstancias meteorológicas o de otro tipo con las que nos encontremos en nuestra vida.
Además pensaba que el mejor invento después de la lavadora e Internet es la ipod, más bien la música que contiene la mía, en realidad la música en general. Creo que es uno de los vehículos más válidos de transmisión de sentimientos. Por eso me gusta la música en español (porque ya es difícil entender lo que sienten otros en tu idioma como para complicarme la vida con otro) y las letras que te llenan el alma de alegría y buen humor.