Mis tías de La Palma harían con ellos virguerías (un forro para un estuche de medias, una bolsita para guardar cosas...), ni te darías cuenta de donde vienen las telas si no te lo cuentan ellas, pero no es cuestión de enviar los polos a La Palma.
Así que pensé que podrían servir para un muñeco. Nunca había trabajado con telas de punto para un muñeco con lo que tenía todas las dudas del mundo, pero había que probar.
Es verdad que las costuras se abrieron un poco cuando lo rellené (a lo mejor hay que coserlo con un punto más pequeño) pero creo que finalmente no ha quedado mal. En realidad se parece a los conejos que cuida mi padre en su granja, son de una raza (que ahora no recuerdo) que hace que todos sean de este color.
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