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viernes, 10 de abril de 2009

Mirarse el ombligo

Se que sonará a machista o feminista, todo es relativo, pero tengo una duda existencial:¿por qué hay tantas mujeres que no se creen a si mismas (y por tanto, no se valoran ni se quieren), y tantos hombres que se concentran en escucharse a si mismos (y que de paso el resto del mundo lo haga también) la mayor cantidad de tiempo posible?.
Desde luego no creo que sea algo genético, pero últimamente me encuentro con amigas y no tan amigas que se sienten fatal porque no se creen lo fantásticas que son, que se amargan porque un peluquero las deja más rubias o más morenas, que no se quieren y por eso no se creen los sentimientos que les transmiten los demás, que no pueden ser asertivas porque nadie se los ha enseñado (y ellas se lo tienen prohibido), que creen que tienen que pedir permiso para disfrutar de lo que les pertenece... Y por otro lado, me encuentro con tipos que se meten en reuniones interminables, en las que lo único que hacen es escucharse a ellos mismos, no llegan a ningún acuerdo porque no escuchan al de al lado, y están horas y horas repitiendo su discurso porque es el mejor (según ellos mismos). Lo peor es que nos condenan a los obligados a estar allí a escuchar esas peroratas interminables que no llevan a ningún lado (que falta de humildad y que exageración de egocentrismo). Probablemente, son las reuniones menos rentables de la economía, porque esos que hablan (y repiten lo mismo sin cesar) tienen un sueldo enorme y mientras se escuchan no producen (lo aseguro).
Si se pudiera pasar un poquito de lo que les sobra a estos a las chicas que no se escuchan y un poquito de lo de aquellas a los que no paran de mirarse el ombligo, estoy segura de que todo iría un poquito mejor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No hace mucho alguien me acuso de mirarme el ombligo, y soy chica y no me han ido muy bien las cosas últimamente. Y esto me ha hecho estar continuamente sumida en una preocupación, que en algunos momentos me ha llevado incluso a sentirme deprimida en algunos instantes. Estos por supuesto, ni uno mismo los asimila, son las personas de mi entorno, las que me los han hecho visibles.
Así que, por favor, no entiendo que es “mirarse el ombligo”, pues para algunos es sumirse en uno mismo y evitar tener relación con el mundo. Y sin embargo para otros como la redactora de este blog, “mirarse el ombligo” significa todo lo opuesto, ser egocéntrico y mostrar continuamente sus dotes de mando en el mundo.

Anónimo dijo...

Para mi entender mirarse el ombligo es ser "centro de mesa", egocéntrico a más no poder. Soy hombre, pero te aseguro que el tema de egocentrismo no tiene género. La Presidenta de la Junta de vecinos, dónde vivo, en chile y en las condes además de egocéntrica, es egoista, hipócrita y turbia. Dice una cosa, pero hace una muy distintinta.